Una apuesta entre dos amigos que se jugaron un viaje a Méjico ha hecho que un perro aprenda a obedecer mas de 250 ordenes pero no con la voz sino ordenes escritas, siendo así que si en el cartel pone "BANG" el perro hace el muerto, si el papel tiene escrito la palabra "SIT-UP" el perro se sienta.
A Lyssa una neoyorquina adiestradora y dueña de Willow la perrita ha tenido una ardua tarea durante más de seis meses pero las ganas de ganar la apuesta con su amigo ha hecho que consiga tan difícil tarea y es que el inteligente animal no solo conoce la caligrafía de su querida dueña sino que si esta imprime el papel y se lo enseña el perro obedece sin más.
La verdad es que es una noticia muy divertida, ¿verdad?.