Antes de nada saber que necesita un rinconcito confortable. Seguramente la primera noche llorara, antes de acudir inmediatamente intenta hacerte el sordo pero si ves que insiste mucho pon a su lado una radio encendida con el volumen bajo para que se sienta acompañado, y si lloriquea demasiado debes entender que extraña su nueva casa y deberías dejarle dormir algunas noches en tu habitación pero siempre en su cesta, aunque te entraran ganas de dormir con él no le permitas que suba a tu cama pues más adelante defenderá tu colchón como si fuera suyo pudiendo incluso morder a alguien de tu familia que se acercara a darte un día las buenas noches.
Desde el primer momento debes hacerte respetar, desde la primera vez que le pongas el comedero tienes que poder meterle la mano sin que gruña, nunca dejes que te gruña porque ahora es pequeño pero cuando sea grande podrá incluso morderte.
Para enseñarle hacer pipí instala junto a su cesta unos cuantos periódicos para que los utilice como retrete. De forma natural ira hacer pipí allí así que cuando un día se haga pipí fuera limpialo con un trozo de papel de periódico para que quede impregnado del olor y a partir de ahí colocas unos cuantos más debajo y así siempre irá allí atraído por el olor. Recuerda que cuando cambies esos periódicos dejar siempre uno encima de los que has quitado para que siempre quede una hoja de papel ya usada para que sea atraído por ese olor.
Si cuando tú llegas a casa, él ya ha hecho sus necesidades fuera de nada sirve que le frotes el hocico en el pipí pues él ya ni se acuerda de eso. Cuando lo pilles in fraganti haciendo sus necesidades fuera cógelo y dile siempre la misma palabra por ejemplo "NO" (nunca le pegues pues se pondrá nervioso y no atenderá) y lo llevas a donde tu quieres que haga el pipí y le acaricias... ya verás cómo lo acaba haciendo perfecto.
En cuanto tenga ya edad de salir a la calle desplaza cada día un poco los periódicos hacia la puerta. Al cabo de un mes el joven perro esperará dócilmente que lo lleves hacer sus necesidades a la calle pero sé puntual. Y por la noche, como nunca se sabe, deja siempre unos cuantos papeles a su alcance.